Hoy en día, cada vez más marcas utilizan la palabra “eco” para atraer a consumidores conscientes. Pero no todos los productos con etiquetas verdes son realmente respetuosos con el medio ambiente. En este artículo te contamos cómo distinguir un producto verdaderamente ecológico de uno que solo lo aparenta.
1. Ingredientes naturales o reciclados
Un producto ecológico auténtico está elaborado con componentes naturales o materiales reciclados. Pueden ser aceites vegetales, tejidos orgánicos, materias primas recicladas o ingredientes que no dañan la salud ni al planeta. No deberían contener químicos agresivos, colorantes sintéticos ni fragancias artificiales.
2. Producción sin dañar el medio ambiente
Otro criterio clave es el proceso de fabricación. Una producción ecológica cuida el entorno, los recursos y las condiciones laborales. Puede tratarse de producción local, artesanal o con una huella de carbono mínima. Es fundamental que la marca no explote ni a personas ni a animales en ninguna etapa del proceso.
3. Embalaje que no deja huella
El embalaje dice mucho sobre la responsabilidad del productor. Si el producto viene envuelto en plástico o materiales innecesarios, no es ecológico. Los productos realmente sostenibles se presentan con envases reutilizables, reciclables o compostables. Y a veces incluso sin embalaje alguno.
Consejo para los compradores
Antes de comprar, lee atentamente la descripción del producto. No dudes en contactar al vendedor: pregunta sobre los ingredientes, el origen y el proceso de fabricación. Los fabricantes que realmente cuidan del medio ambiente siempre estarán dispuestos a compartir esa información. La transparencia es una de las principales señales de una marca responsable.
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